lunes, 25 de abril de 2011

La flamante "MAREA"


Hoy día, como otrora nos brindara inexplicables satisfacciones la "PECHUGA", contamos con una embarcación que nos está empezando a dar similares resultados. Amplia, segura y confortable, la Regnicoli 6.30 nos sorprende en cada salida con sus notables prestaciones. Aquí un homenaje a ella.


Fotografía: Diego Arnais.




A brindar y a pescar!!!

lunes, 9 de agosto de 2010

Otra vez Esquina!

Como todos los años promediando Julio, nos fuimos con Juanchi a Esquina a pasar unos días de pesca. Hoy en día por más que se contrate un guía de lugar la buena pesca no está asegurada, y mucho menos si se pretende pescar sin uno de ellos, que es lo que hacemos nosotros. Previo paso por la morenera de La Paz (esta vez con excelente carnada), llegamos a Esquina al camping del Sr. Mantilla, que directamente ya nos tratan como de la familia, el miércoles por la tardecita, ya sin sol, donde luego de unos mates, nos pusimos a armar el gomón para que a la mañana siguiente pudiéramos salir bien tempranito. Asadaso mediante, a la carpa y a esperar que se apague la tele que tenemos en nuestra cabeza que no paraba de inventar correderas maravillosas y peces majestuosos.
Mañana del jueves. Frío pero pasable, un día espectacular y prometedor. Salimos rumbo al norte de la ciudad a probar suerte sobre el río Guaycurú. Hoy en día nos hemos perfeccionado en el tema “navegación Paranaense” y contamos con una PC que en sincro con el GPS GARMIN GAUCHO, nos va mostrando la imagen satelital del lugar, más allá de poseer varios tipos de cartografía del lugar, y es lo que más nos resultó para ese laberinto de islas, bancos y ríos. El Paraná nos recibió tranquilo, como invitándonos a cruzar. Así lo hicimos, y dimos con una zona de muchísima actividad pero de doradillos, entretenidos para nuestra llegada pero después de estar un rato bajo el sol queríamos más. Allí podríamos haber estado todo el día pescando, al reparo del viento y con un solcito espectacular para estos días invernales, pero eso no nos terminaba de convencer. A garetear! Meta vino, calma y un paisaje de ensueño durante muchos kilómetros sin interrupciones humanas, el paraíso. Pero de pique, nada. Igualmente nuestras pescas son así, hay mucho tiempo de búsqueda, y, si bien ya tenemos nuestros lugares “clave”, estos pueden fallar, así que siempre estamos conociendo nuevos recovecos, algunos rendidores y otros no, pero siempre agradeciendo por tan magnífico lugar. Así el primer día de pesca estuvo tranquilo, algunos llaveritos por aquí otros por allá, y con muchos kilómetros nuevos recorridos (ya debemos llevar más de 300 km de costas reconocidas). Llegamos a la ciudad, donde nos tomamos una cervecita acompañada de pizza para tranquilizar la buzarda.
Viernes. Día hermoso, bien temprano. La embarcación lista. Rumbo Sur. Corredera conocida, bautizada Corredera Gabriel Gutierrez, en honor a aquél guía que nos iniciara en la pesca del Dorado. Un tipazo. Pintaba bien, el agua corría… el sol empezaba a calentar, especial. Líneas al agua y a darle nylon… De pronto, aparece una lancha y se amarra a la costa encima de mi línea!!! Una vergüenza de guía nos arruinó el lugar. Para colmo empezaron a tener piques!!! Los quería matar!!! Indignados, emprendimos la retirada, y con un corte de manga cerramos capítulo. Como remontar la situación de malhumor? Primero, pasame un vino. Después, hay que buscar otro lugar… Y eso hicimos.
Nos dirigíamos a la zona del Ingá, cuando… Acá tiene que haber pescado. Démosle una oportunidad. Y empezó la locura.
Lleno de dorados promedio 3kg, un pique tras otro, saltos por todos lados, dobletes, una fiesta!No te podías servir ni un vasito de vino! ESPECTACULAR!!!
Pescamos toda la mañana, y por la tarde hicimos un poco de tierra para probar con los muñequitos, esta vez, sin éxito. Cerramos el día con un atardecer a pura pesca. Navegada nocturna impresionante con luz de luna incluida y una pesca espectacular en el haber.
Sábado. Mismo lugar? Obvio! Pero con cambios. El día pintaba feo, lluvia en el pronóstico y cielo cargado. Un viento helante nos molestaba un poco, igualmente sacamos algunos dorados, estaban ahí, un poco más reacios por el ofri.
Decidimos mover para intentar unos garetes por un riacho, total, ahí la pesca seguía estando, sólo que queríamos probar suerte con algún grande o con suerte algún surucho. Flojo, pero por lo menos al reparo del viento que nos estaba volviendo locos. Cuando volvimos… una lancha, la Put…! Igual estaban mal fondeados. No iban a pescar. Teníamos visto del día anterior un arroyito con una corrida de agua impresionante, así que para despistar nos fuimos ahí, aparte el viento estaba insoportable. Un pozón tremendo, con camalotes y todo incluido. Agua que corre, a ver que pasa. Algo picó, fuerte, pero se fue. Tiró bien para abajo. Un surubí? Pudo ser. Varios bigotudos de todo tipo, unos vinos, algo de picar y largá el fondeo que a este lo gareteamos también. Hasta ahora todo con morena, nada con señuelo y la mosca estaba complicada por el viento. En el garete y ante una salida a un río más caudaloso, sobre una margen, una barranca. Tirá el fondeo. Líneas al agua pique instantáneo! Un espectáculo.
Con señuelo y carnada. Así que un rato ahí nos quedamos. Luego largamos fondeo, y ahora sí, era el turno de los señuelos. La clásica, yo con cuchara, Juanchi con señuelo.
Cada 50 metros pique. Impresionante.
Todos grandecitos, hasta un doblete espectacular. Le hicimos dos o tres pasadas y paramos en la isla a descansar un rato.
Estábamos exhaustos! Fuego. Ollita, fritanga. Como nos debíamos eso. Para coronar la salida. Hace ya varios años que practicamos la pesca con devolución y sólo lo habíamos hecho una vez.
Un poco de descanso, algún que otro doradillo en las cañas que habían quedado en el agua y devuelta a la cancha.Esta vez ya con la pesca hecha volvimos con luz al camping donde una buena ducha de agua caliente nos esperaba.La noche pintó salada, se llovió todo, pero al otro día estaba todo despejado. Pero con un viento Sur de la ostia. Así que encaramos a nuestro querido Río Corriente, el cual sin el conocimiento de haberlo navegado casi en seco, lo cual nos dio un mapa preciso de los bancos, hubiese sido un golpe tras otro. Nos dirigimos a una corredera de antaño donde tuvimos alguna que otra captura, hasta que llegó una lancha y decidimos movernos por ahí cerquita. Donde capturamos unos cuantos doraditos, algunos que casi ni los clavábamos para evitar lastimarlos, y se soltaban solitos al borde del gomón. Nos movimos a otro lugar donde corría mucha agua y le dimos un rato. Ahí tuvimos el encuentro con la Prefectura. Muy cordiales nos pidieron permisos de pesca, carnet de timonel y elementos de seguridad. Teníamos todo así que no hubo ningún problema. Un rato antes estábamos pensando en unos chicos que habían salido al Paraná en un chichorro con un motor de 9 caballos. Pensábamos que mal la estarían pasando si donde estábamos nosotros al reparo estaba bravo, el Paraná debería ser un mar enfurecido. Bueno, nos comentaron en ese momento que el bote se había ido a pique y que los habían rescatado. Estaban bien, pero una noticia tremenda. Al río hay que tenerle muchísimo respeto. Estos chicos pasaron un susto, pero podría tranquilamente haber pasado lo peor, tuvieron suerte. Después del episodio, el lugar ya no daba para más, juntamos coraje y nos dirigimos a unos pozones a intentar un garete. Hubo que ponerle un huevo de acero, ya que entre el viento y las olas que por momento se formaban, parecía que estábamos en una licuadora. Algún doradito entre olas y suficiente, buscamos reparo del viento. Una linda corredera con costa arbolada nos acobijó mientras picábamos algo y descorchábamos un vino soda. La pesca ya estaba hecha. Volvimos con un viento en contra tremendo parando cuando veíamos alguna costa para tirarle con el arsenal bait castero y seguíamos con la vuelta. Llegamos con una felicidad extrema, y con la tranquilidad de todo el mundo desarmamos el bote, acomodamos los bolsos y disfrutamos de un espectacular guiso de lentejas para recomponer el calor.
Una de las mejores pescas de nuestras vidas. Esquina es un paraíso.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Se despertaron las taruchas en el Delta

Después de varios meses de pescar en casa...(leer revistas, foros, desarmar y armar mil veces el bolso de pesca, etc), pudimos hacer una corta pero linda pesca y con resultados muy positivos.El fin de año nos tiene a muchos bien atareados, y, como consecuencia, las salidas de pesca son bastante dificiles de programar, aunque siempre presentes en nuestra agenda mental.

Este jueves 12 salimos tipo 21 hs rumbo a los alrededores de los bajos del temor, con las intenciones de pasar la noche allí para poder comenzar a pescar bien temprano, ya que debíamos regresar por la tarde a la ciudad.
Nos refugiamos bien, debido a que en el horizonte no muy lejano se podía observar una tormenta eléctrica amenazadora. No fueron más que unas gotas (lo peor cayó el viernes). Por la mañana temprano, previa mateada, nos pusimos en marcha en búsqueda de una pesca híbrida que nos apasiona: la pesca de bogas y tarariras.Pudimos dar fácilmente con las primeras, aunque chicas, pero bastante peleadoras. Entre varias, salieron también las bogas de tres manchas que poseen una vivacidad y lucha que la convierten en una especie sumamente deportiva. Luego de divertirnos un rato con ellas y un poco de variada también, decidimos ir en búsqueda de la especie con la que queríamos dar, y con ellas estrenar 2 flamantes varas que prometían. Y luego de recorrer varios arroyos bajo un sofocante sol, típico de un día de enero, pudimos dar con ellas. Tuvimos un pique de una tarucha bien grande, pero al parecer el soquete de boga encarnado era del tamaño adecuado para la boca de un cocodrilo, y luego de combatir un poco, logró escupir el cebo delante de nuestras sorprendidas miradas ante tan lindo pique. Luego de un par de llevadas más, decidimos probar en otro arroyo prometedor que se hallaba cerca pero resultó en fracaso. Con lo cual optamos por regresar a "la cueva", esta vez con mas cautela que antes para no alterar el medio.Allí fue una fiesta. Un pique tras otro de lindas taruchas, todas arriba del kilo y medio de peso, y todas devueltas sanas y salvas a su medio, en donde esperamos encontrarlas en futuras salidas y ya un poco más crecidas.También se encontraban las boguitas, las cuales se divirtieron un lindo rato con una boya plop encarnada con boga, hasta que decidimos activar una caña para boga encarnada con corazón (caranada más rendidora para boga en esta salida) para prácticamente en seguida dar con el pique.Todo esto en medio día de pesca, con un sol sofocante por momentos y luego adelantando la vuelta ya que una tormenta se venía formando en el cielo y el barómetro venía bajando considerablemente. Acertada decisión, ya que al llegar a la guardería explotó un aguacero importante.

Es muy importante preservar el medio, cuidemos nuestro delta, no tiremos basura, devolvamos los peces al río, no transformemos este paraíso en una gran cloaca muerta. Hagámoslo no sólo por la madre naturaleza, sino también, por nosotros.


Brindemos por la Pesca!

miércoles, 29 de julio de 2009

Esquina 20 al 26 de julio de 2009: La esperanza es lo último que se pierde

Las sensaciones que atraviesa un pescador en cada travesía son incontables, pero es cuando llega el pique y se asienta la clavada cuando todo pasa a segundo plano y sólo importa, en ese momento, la conexión pez-pescador que genera el fino nylon que los une. Una vez izada la pieza ya todo es paz y alegría. Fotos para ayudar a la memoria a recordar el momento y luego, la decisión tan importante en estos días de devolver a su medio el contrincante animal que semajante satisfacción nos dió.




Ese es el pensamiento que nos dejo este viaje de pesca, que de pesca poco tuvo debido al intenso frío que golpeó en casi todo el pais y aparentemente, como dicen los lugareños correntinos, el pez tiene "la boca dura" y no come o lo hace con poca voracidad.




















El viaje que venía siendo programado hace ya un año atras al finalizar la flotada por el rio corriente, se vio afectado por una bajante considerable del mencionado río, lo cual nos vio obligados a reprogramar la salida. Asi también como la intensa lluvia que cayó durante dos interminables días de nervios y ansiedades al por mayor.







Finalmente el miércoles 22 despejó y a pesar del fuerte viento que soplaba nos embarcamos a la aventura.


Aventura porque todos los mapas, waypoints, tracks, rutas y demas yerbas planificadas fueron echadas por la borda y la antigüa travesía por el Río Corriente se transformo en un harcerse camino ante el intrincado y diverso delta esquinense.
Los primeros días encaramos al noroeste de la ciudad en busca de ríos con buena correntada y ámbitos de pesca afines.
Un fuerte viento sur nos molestó constantemente haciendo de la pesca, salvando un par de "llaveritos" en una gran laguna, algo practicamente nulo.





Frío, viento y nada de pesca nos obligo a replantear nuestro rumbo y decidimos abordar el Corriente a la mitad de nuestra anterior travesía.














El resultado fue el mismo: nulo. Lugares que en nuestra imaginación prácticamente podiamos "ver" saltar a los dorados no mostraban indicios de actividad.



















Asi, nuevamente cambiamos nuestro rumbo, esta vez aguas abajo de esquina, unos 20 kms por el rio Corriente y delta adentro.


Veíamos de todo: Chanchos, vacas, lobitos de río, tortugas, las más diversas especies de pájaros, culebritas duras por el frío, y hasta un zorro!! pero de peces...nada. Los lugareños nos bajaban el pulgar al preguntarles como andaba la pesca y la cosa se ponía gris oscuro. Nos salvo la belleza del lugar, la amabilidad de la gente y nuestras ganas de encontrar "la zona", lo cual nos mantuvo espectantes hasta el último momento.













Ya siendo domingo y con un importante trayecto aguas arriba por el gran Paraná, arribamos a un sector sercano a la ciudad de Esquina donde ya el año pasado nos había dado resultado. En todo el trayecto vimos muchas lanchas con las caras largas de poco pique.














Una vez fondeados empezamos a pescar!! increiblemente, despues de 150 kms de travesía, fuimos a dar con el pescado a 3 kms de nuestro destino final, en lo que era nuestra última jornada de pesca.













No fue una gran pesca, apenas 6 dorados, pero muy peleadores con cañas livianas de bait cast y señuelos, ya que las morenas no los estaban atrayendo. quizas por estar bien alimentados (ver foto), uno de los dorados tenía en su boca un amarillito vivo! y aún así atacó una cuchara ondulante. Creemos que atacaban por irritación y no por hambre. Logramos izar un dorado de unos 4,200kg el cual fue visto por una canoa de lugareños que pasaba, quienes pedían a gritos que le regalásemos el dorado al ver nuestras intenciones de devolverlo al medio. Poco pudieron hacer, la decision ya estaba tomada desde el momento que tomó la cuchara. Ojalá que crezca y nos dé muchos más dorados!


















Asi pasamos unos increíbles y frescos 5 días de pesca, en los cuales pudimos apreciar la diversidad de paisajes que guardan los alrededores de esta amable ciudad, volver a disfrutar del cálido recibimiento por parte de los esquinenses y afirmar el dicho "persevera y triunfarás", a no habernos dado por vencidos y buscar hasta último momento la pesca del dorado, esquivo, dificil y tan emocionante que tiene nuestro gran litoral.